El curioso caso de Jeffrey Hawkins

El curioso caso de Jeffrey Hawkins

No es una película de Hollywood, pero podría serlo sin ningún problema. Con el permiso de David Fincher, me permito en este post a usar el nombre de una de sus películas más célebres, El curioso caso de Benjamin Button.

Éste es el curioso caso pero de Jeffrey Hawkins, y digo curioso por no decir ingenioso y a la vez caradura. El señor Hawkins fue un indigente que se paseó por la costa este de los Estados Unidos viviendo en hoteles de lujo sin pagar un mísero centavo durante más de 20 años. Podría parecer un guión hollywoodiense de la mismísima Metro Goldwyn Meyer, pero no, es un caso real como la vida misma.

¿Cómo era su modus operandi? Pues con una memoria fotográfica y casi perfecta. Su cerebro podía almacenar números de tarjetas, con su nombre correspondiente, fecha de caducidad y código CCV. En total, más de 100 números de tarjetas de crédito que podía guardar en su cabeza, o bien, apuntándolas en un papel o tan sólo con su vista. Consiguió estafar durante más de 20 años a cientos de clientes con su magnífica memoria, usando sus tarjetas y viviendo a cuerpo de rey en hoteles de lujo. Finalmente fue capturado en el hotel Coronado Spring Resort de Disney, en Orlando, cuando pagaba para pasar su estadía.

Sin duda alguna estamos ante un posible guión de cine que podría tener su taquilla servida.

Pero no es el único caso. La imagen de arriba corresponde a David Price, otro indigente que vivió entre hoteles de lujo y restaurantes de categoría durante dos años.

Su caso estuvo ligado a Jeffrey Hawkins pero era distinto. Su itinerancia funcionaba de la siguiente manera: entraba al hotel en cuestión, esperaba a que la víctima saliese de su habitación, para posteriormente entrar él, llamando a recepción y aumentar su estancia. No necesitaba siquiera la tarjeta de crédito. Al final fue denunciado por un hotel cuando se hacía pasar por uno de los trabajadores del mismo. Sin duda, parece otro guión de cine.

Muchos usuarios reclaman a sus tarjetas de crédito cargos falsos y logran rechazarlos, pero es un proceso engorroso y una molestia imprevista. Además, es una verdadera pesadilla para quien sufre de fraude.

La recomendación de siempre, aseguran los analistas, es revisar constantemente los estados de cuenta, para denunciar cualquier cargo sospechoso lo antes posible.

En cuanto a Hawkins y Price, ahora sí que tendrán alojamiento gratis: la cárcel.

Las estafas más comunes

Las estafas más comunes

Ocho tipos de timo sobre los que hay que estar prevenidos.

TELEPRENSA. La situación económica ha propiciado la reaparición de estafadores a pequeña escala, timadores que se valen de procedimientos más o menos estandarizados y perfectamente identificados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Existen ocho prácticas entre las más comunes o conocidas, desde los que usan la lotería como vehículo para llamar la atención de sus víctimas hasta los que montan naves industriales para comprar materiales que son pagados en un principio y que desaparecen cuando hacen pedidos de grandes cantidades.

TIMO DE LA LOTERÍA. Los autores realizan un envío masivo de correos electrónicos a direcciones obtenidas por Internet, en los cuales utilizan fraudulentamente logotipos tanto de organismos de lotería nacional (Lotería Primitiva, El Gordo de la Primitiva, Lotería Nacional,  etc.) como inventados (Nacional Loto y similares), en los que afirman que el receptor ha sido agraciado con el primer premio (que es millonario), a pesar que la presunta víctima no ha participado en ninguna clase de sorteo (Se le dice que ha sido seleccionado al azar por medio de su dirección de correo electrónico, o de entre los que han visitado determinadas páginas Web, o explicaciones similares).

El único requisito que hace falta para cobrar el cuantioso premio es el paco de una cantidad de dinero en concepto de pago de impuestos, aranceles, tasas o similar, para lo cual se facilita una cuenta bancaria o se solicita una transferencia a través de Western Union. Es frecuente también que los autores utilicen los logotipos de empresas aseguradoras o bancarias de prestigio o incluso de algún Ministerio con el fin de «garantizar» la autenticidad de los mensajes y por lo tanto el cobro del premio. Asimismo los teléfonos de contacto y números de fax se corresponden con teléfonos móviles con tarjeta de prepago.

Una vez que la víctima ha ingresado la cantidad de dinero solicitado, se consuma la estafa y ya no vuelve a saber nada de los autores.

TRILEROS. La estafa consiste en incitar al público a participar, mediante apuestas de dinero, en juegos de habilidad que, aparentemente, permite grandes posibilidades para el que participa y que se ofrecen en plena vía pública, sobre una pequeña mesa. El juego más utilizado consiste en descubrir en qué lugar se esconde una bolita que es tapada por una chapa o vaso. Para que el juego parezca más fácil, en torno a la persona que mueve las chapas o los vasos (el que dirige el juego), hay uno o varios «falsos jugadores» (ganchos), los cuales ganan dinero fácilmente de acuerdo con la persona que mueve las chapas. Al principio, se deja ganar a la persona que inicia el juego, para que, animado por el éxito, juegue una cantidad importante. La mano es más rápida que la vista, por lo que cuando la cantidad es importante, la víctima pierde irremisiblemente su dinero. Es frecuente en ferias y mercadillos.

EL TOCOMOCHO. La estafa suele desarrollarse en lugares de tránsito (estaciones, cajeros, etc.) mediante una persona que abordando a la víctima manifiesta tener un billete de lotería premiado y que por las prisas no puede cobrar. Pide a la víctima desesperadamente que le abone la cantidad del premio o, incluso, menos, ya que debido al viaje que tienen que hacer no puede cobrar. Para dar mayor credibilidad interrumpe otro aparente transeúnte (gancho) que suele afirmar la autenticidad del premio exhibiendo un listado de boletos premiados en un periódico. La víctima accede a aportar la cantidad del dinero premiado y cuando va a recuperarlo a la ventanilla de la lotería comprueba que el billete es falso.

LA ESTAMPITA. La víctima (el ciudadano) es abordado por una persona que aparenta tener cierta discapacidad intelectual (estafador 1). Ésta le enseña una bolsa que parece estar llena de billetes, incluso pueden verse algunos. El estafador 1 no da ninguna importancia a lo que lleva diciéndole a la víctima que en la bolsa lleva «estampitas» o «cromos» y que en casa tiene muchos más. En ese momento interrumpe otro aparente ciudadano (el estafador que hace de gancho – estafador 2 -), el cual ofrece a la víctima la posibilidad de engañar al estafador 1 comprándole la bolsa por una cantidad de dinero. Sin embargo, el gancho, dice no tener dinero para participar en la «compra» de la bolsa. No obstante anima a la víctima a realizar la compra dados los grandes beneficios que le va a reportar el «engaño» al estafador 1. Incluso, el gancho se ofrece para acompañar a la víctima a buscar dinero, al objeto de que no tenga ningún contratiempo. Una vez que la víctima materializa la «compra» entregando el dinero por la bolsa desaparecen los dos estafadores. Cuando la víctima abre la bolsa comprueba que no contiene billetes sino tacos de recortes de papel.

EL NAZARENO. Las víctimas de la estafa son empresas que suministran mercancías. Los estafadores se instalan en un lugar alquilando un almacén a nombre de una empresa. Empiezan a realizar pequeños pedidos, que se guardan en el almacén y que son abonados en el acto a las empresas suministradoras. De esta manera los estafadores se ganan la confianza de las víctimas. Seguidamente realizan grandes pedidos de mercancías, diciéndole a los suministradores que los pagos los van a realizar en varios plazos. Incluso, pueden llegar a cumplir el primero de dichos pagos. De forma repentina, la empresa desaparece de lugar, llevándose la mercancía y dejando pendiente de abonar las deudas contraídas. Cuando las empresas de suministros estafadas quieren hacer gestiones para ejecutar el cobro comprueban que la empresa que les hizo los pedidos no existe.

EL INSTALADOR. Los estafadores se personan en el domicilio de la víctima. Van vestidos con mono de trabajo. Se presentan diciendo que son trabajadores de la empresa instaladora del gas y que vienen a realizar una revisión de la instalación. Aparentan realizar varios trabajos técnicos; normalmente, se limitan a cambiar un trozo de manguera del gas. Finalizado el trabajo extienden una factura. Cuando la víctima comenta el caso con otras personas comprueba que ha sido estafada por falsos instaladores.

EL DESAHUCIADO. Suele cometerse mediante la visita al domicilio de la víctima. El estafador se hace pasar por una persona que se encuentra en graves apuros económicos, con graves problemas familiares; si es mujer dirá que ha sido abandonada, que tiene muchos hijos, etc. En todo caso trata de afectar la sensibilidad de la víctima. Al final, el estafador explica que para poder subsistir está procediendo a liquidar sus objetos más preciados. En ese momento exhibe un objeto personal (reloj de pulsera de una marca muy cara, collar, sortija, etc.) diciendo que es una joya preciosa, muy valiosa. Ofrece el objeto a cambio de un precio muy bajo en comparación a lo que dice que vale. Cuando la víctima accede a la compra del objeto comprueba que es una baratija.

ESTAFAS POR INTERNET. Nuevos Modus-Operandi de estafa en la compra de vehículos por INTERNET.

Se viene observando en diversas páginas de internet dedicadas a la venta de vehículos entre particulares dos nuevos sistemas de estafa:

El primero consiste en que una persona de otro país se muestra interesada por uno de los coches anunciados, pero no para él sino para un conocido suyo. El caso es que esa tercera persona estaría dispuesta a pagar una cantidad de dinero muy superior a la solicitada por el vendedor, así que el presunto estafador libra un cheque al propietario del vehículo por la cantidad de dinero ofrecida por su conocido y lo que tiene que hacer el vendedor al recibirlo es efectuar un giro postal o transferencia – a través de Western Union – por la cantidad de dinero de la diferencia (quizá salvo una posible compensación por la molestia). El vendedor del vehículo recibe el cheque y al llevarlo a su banco, éste lo recoge (es un cheque auténtico, no hay por qué sospechar), por lo que acto seguido hace la transferencia por el importe acordado. Después de un corto espacio de tiempo se le avisa de la entidad bancaria de que la cuenta consignada en el cheque no tiene fondos o no existe, por lo que por una parte no dispone del dinero apalabrado y por otra ya ha perdido la cantidad transferida. El vehículo no cambia de manos en ningún momento.

En el segundo método es el comprador el que resulta estafado. El presunto vendedor dice que no le importa mandar el vehículo a la residencia del comprador, pero que a cambio solo quiere saber si éste tiene realmente el dinero y que no se trata de un engaño, así que le solicita que haga una transferencia por Western Union, pero poniendo como beneficiario un nombre ficticio, así el estafador podría ver en la página web de esta empresa que realmente se ha hecho el pago, aunque no pueda acceder al dinero. Una vez visto esto le mandaría el vehículo en un plazo de 2 ó 3 días. La estafa consiste en que el comprador mediante un documento adecuadamente falsificado – dispone de varios días para confeccionarlo – cobraría el dinero sin enviar vehículo alguno.

Los concursos de televisión

Los concursos de televisión

¿Os habéis quedado hasta altas horas de la noche donde empiezan esos programitas que llamando puedes llevarte un premio?

Pues sí. Estos programas que se retransmiten a unas horas fuera de primetime, ya en la madrugada, son un timo de aquí te espero. Funcionan haciendo llamar al «concursante» el cual debe adiviniar un acertijo o una pregunta (que suele ser sencilla) donde el usuario no va a ganar nunca. Además, la tarificación de dichas llamadas no es abusiva, porque sería un término más bien sosegado, muy lejos de la realidad. Es un asalto a mano armada en toda regla.

Remitiéndonos a la fuente de Tima2.com nos ponen varios vídeos donde se demuestra de forma veraz lo bochornosos que son estos eventos televisivos que ratifican la realidad de estos concursos, donde concursantes «ganan» de forma legal y el programa hace oídos sordos. Este vídeo demuestra de forma clara y concisa que el concursante gana la cifra nada despreciable de 13500 euros y el programa le dice que es un error. Para caérseles la cara de vergüenza.

El timo del garito

El timo del garito

El timo del garito es un timo común en zonas de marcha, con pubs y bares nocturnos. La estrategia es bien simple.

1. Una par de chicas jóvenes atractivas se acercan a una víctima o par de ellas, éstas ya en ese «puntillo» de alegría proporcionado por el alcohol, donde se los camelan de manera que las sigan a un bar (normalmente el de su jefe, que es quién les obliga a atraer a clientes de forma más bien ilícita).

2. Las chicas piden champagne o cualquier otra bebida que no es nada barata mientas la noche prosigue. Las víctimas no piensan en pedir la carta de precios ni tampoco preguntan cuánto valen las copas.

3. Finalmente, las chicas van al baño juntas y ya no volverán.

4. Las víctimas reciben la factura y se les cae el mundo encima. Lo peor está en que si no pagan los responsables de seguridad actuarán en consecuencia y no de forma amigable.

El poder de la carne es fuerte y la voluntad débil, por lo que hay que estar al loro con este tipo de movimientos.

El cibercafé

El cibercafé

Todos hemos estado alguna vez en un cibercafé, para navegar por internet por si en casa no tuviéramos o por cualquier otra razón. Entonces, aquí entran estos personajes usureros que pretenden extraer nuestros datos para uso propio.

Los pillos no han tardado en aprovecharse de la banca por internet, que muchos viajeros usan mientras están fuera:

1. Los pillos que no tienen nada que hacer y están al frente de un cibercafé, se aprovechan de que las políticas de seguridad allí son más laxas e instalan programas espías en sus ordenadores.

2. Una vez tienen los nombres de usuario y las contraseñas de los clientes, es relativamente sencillo para los timadores desplumar las cuentas bancarias de los clientes.

3. El viajero solo detecta el timo al ver que en su cuenta bancaria hay cero euros.

Pero por suerte, hoy día existen diferentes perfiles configurables bajo entorno Windows Server o Ubuntu Server, que nos permite tener en mayor y mejor control sobre los equipos que tienen en red estos cibercafés. Pues bien, dichos perfiles llamados perfiles mandatarios no son más que configuraciones a nivel administrador desde el servidor que lo que hacen es, una vez el usuario abandona el equipo, éste vuelve a estar como estaba inicialmente. Además, existen distintas políticas de privacidad a través del servidor que impedirían instalar cualquier programa o software malicioso (o no) en los equipos del cibercafé.

Nunca está de más mirar esos aspectos de cara siempre a una mejor seguridad.

Las estafas telefónicas

Las estafas telefónicas

Si existe un claro ejemplo de las estafas que surgen a diario son a través de nuestras terminales móviles. Sí, nuestro teléfono es un conducto de entrada/salida de timos que pueden llegar a ser megafraudes. Las variantes de estafas telefónicas son múltiples y el “blanco a estafar” crece cada día, existiendo mucho usuario con pocos conocimientos y altas probabilidades de caer en la trampa.

Son comumente conocidas 5 tipos de fraudes que nos llegan a nuestros móviles y que debemos tener especial cuidado:

La llamada perdida

Aunque en ocasiones no nos acordemos, nuestros teléfonos inteligentes siguen siendo eso, teléfonos, y nos permiten llamar. Uno de los fraudes más extendidos es el de la llamada perdida: en un momento te encuentras con una llamada (aquí un servidor ha sido víctima de este tipo de llamadas) que no te ha dado tiempo a contestar, al devolver la llamada este timo nos pasa a un número 806, 807, 906 o 907, todos de tarificación especial que nos aumentarían 4€ con sólo descolgar o con un coste por minuto realmente alto.

Ofertas de trabajo

Con la situación que vivimos hoy en día, una llamada por una oferta de trabajo es un motivo de alegría. Sin embargo y por desgracia, hay quien trata de aprovecharse de esa esperanza por encontrar un nuevo empleo. En este timo, recibimos una llamada o un SMS indicando que para conocer más detalles debemos enviar un SMS a un número de tarificación especial. Como en el caso anterior, no todo el mundo conoce esos números, así que esa llamada o mensaje a un 806, 807, 906 o 907 acaban en altas facturas a final de mes o con suscripciones automáticas.

Aplicaciones con malos hábitos

No es la primera vez que se habla de ello. Los smartphones se han convertido en un objetivo enorme para estafar usuarios y una de las maneras más rápidas e invisible para el usuario es mediante aplicaciones maliciosas o malware. Cada cierto tiempo surge una noticia de una app que ha infectado millones de dispositivos. Lo habitual es que ésta tenga un proceso corriendo en segundo plano mediante el que es capaz de llamar a ciertos números o mandar mensajes SMS Premium.

En los últimos meses, los sistemas de verificación de aplicaciones en Google Play se han mejorado mucho para evitar estos casos mediante descargas desde la tienda. Google ya anunció que además de las verificaciones automáticas ahora también se involucra un equipo humano encargado de controlar que no hay código peligroso en las apps. Entonces, ¿solucionado?.

No, la mayor fuente de infecciones de este tipo viene por instalaciones de aplicaciones que no provienen de Google Play. En la red encontramos decenas de Markets alternativos y webs de descargas que ofrecer los archivos APK de forma directa (ya sea de apps de pago o gratuitas). Lo hemos repetido hasta la saciedad, cuidado de dónde sacáis las apps y controlad los permisos que requieren, pueden aprovechar y modificar su código.

Publicidad agresiva

Todos lo hemos sufrido y en realidad no supone ningún timo, pero es realmente agotador para el usuario. Nos referimos a ese número o números que te llaman a todas horas ofreciendo publicidad de todo tipo. No tienen por qué estar asociados a una empresa, esos número se alquilan y van pasando entre compañías de actividad dispar.

Una solución es meter esos números en nuestra lista negra, minimizarás la molestia, pero no desaparecerá del todo porque surgirán nuevas llamadas. Si tu móvil no dispone de esta función, aquí tienes aplicaciones para hacerlo.

Concursos, descargas y premios trampa

Otro clásico que todavía hoy día sigue cazando víctimas. Se trata de esas webs que para realizar alguna acción (descargar una película, un tono de llamada, un programa/aplicación o una canción) te indican que debes mandar un SMS para acto seguido introducir el código que te llegará y así habilitará la descarga. Lamentablemente, un servicio de suscripción Premium te espera tras ese SMS.

Tres cuartos de lo mismo para esas webs o banners que te avisan de tu fortuna porque casualmente eres el visitante 124.642.185 y, por tanto, te ha tocado un premio de la leche. Te lo mereces, enhorabuena, pero no introduzcas tus datos o prepara tu cartera a final de mes.

Como véis, los fraudes, estafas y timos telefónicos son variados, pero hay muchos más y, por desgracia, seguirán surgiendo nuevas estafas más sofisticadas, pero todos con el mismo fin. Seguramente ya conocías alguno de ellos, pensamos que hay que ser muy confiado para caer, pero lo cierto es que por cada usuario que reconoce y evita la estafa, hay otros tantos que caen en ella por más que lo repitamos, y lo peor es que las operadoras conocen la situación, lo permiten y en muchos casos se llevan su parte.

Fuente: El Android Libre

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