Estafas a la 3ª edad

Estafas a la 3ª edad

Es probable que conozcas de oídas, o hayas experimentado de primera mano algún timo para defraudar a los mayores de edad. Puesto que muchos creen que los mayores tienen mucho dinero en las cuentas bancarias, suelen ser los objetivos principales de estas estafas.

Éstas son las más destacadas:

El timo del abuelo. El truco del abuelo suele funcionar así: el estafador llama por teléfono a una persona mayor y susurra o masculla frases destinadas a lograr que la persona mayor revele el nombre de un nieto. Por ejemplo, quien llama puede decir “¡abuela, soy yo!” o “¡abuela, ¿eres tú?”. Una vez que el estafador tiene el nombre del nieto, él o ella se hará pasar por el nieto y le dirá que ha perdido la cartera o que ha tenido un accidente. Luego, el estafador pedirá a la persona mayor que le envíe dinero por cable al estafador— con frecuencia no se requiere identificación para colectar ese dinero.

Apuestas y Lotería. Este timo suele cometerse con cartas, llamadas telefónicas o correos electrónicos. Sea cual sea el medio, el mensaje será algo así como “¡Felicitaciones! ¡Usted acaba de ganar la lotería!”, seguido de una petición para depositar una gran cantidad de dinero en su cuenta personal de cheques. Sin embargo, usted debe enviar por cable inmediatamente una parte de los fondos a una cuenta extranjera para pagar varios impuestos y costos administrativos. Aviso: Las loterías legítimas pagan los impuestos directamente al gobierno en lugar de cobrarse un reembolso de las ganancias del ganador. Es ilegal en Estados Unidos jugar en loterías extranjeras por correo o por teléfono.

Medicinas falsas. A causa de los costos de la atención médica, muchos mayores de edad buscan en Internet los mejores precios de sus medicinas recetadas, y aquí es donde los estafadores pueden robarles dándoles medicinas falsas. De este modo, los ciudadanos de edad avanzada no sólo perderán el dinero, sino que también recibirán medicinas que realmente pueden dañarles la salud.

Estafa del funeral. Hay que estar alerta por dos tipos diferentes de fraudes de funeral y de cementerio. Primero, un timador leerá los obituarios o asistirá a un funeral para encontrar información sobre una viuda o un viudo. Luego el timador reclamará que se le debe dinero y continuará extorsionando a la dolorida víctima. El otro timo lo cometen las funerarias de mala fama que engordan los ya altos costos de los servicios funerarios agregando cargos injustificados. Ambos timos suelen cometerse en persona.

Estafas de servicios. Recibes una llamada telefónica que parece ser de una compañía legítima. Hay problemas con tu cuenta y lo único que necesita la compañía es verificar cierta información. Parece que quien llama ya tiene información sobre ti por lo que te sientes cómodo compartiendo información adicional como tu número de cuenta, a fin de ayudar a la compañía a corregir los problemas que tiene con tu servicio.

Productos antienvejecimiento. Aprovechándose del deseo de los mayores de parecer (y sentirse) más jóvenes, los estafadores pueden crear productos o remedios inútiles contra la edad que no detienen el proceso de envejecimiento y ni siquiera ocultan los efectos del envejecimiento.

Estafas sobre el valor de la casa. Individuos sin escrúpulos que trabajan en bienes raíces, servicios financieros o compañías relacionadas pueden usar los timos de las hipotecas revertidas para robar el valor neto de la propiedad de los ciudadanos de edad avanzada. En muchas de estas estafas, los mayores reciben ofertas de casas gratis, oportunidades maravillosas de inversiones, o asistencia con un refinanciamiento o contra una acción hipotecaria a cambio de la escritura de su casa.

Estafas sobre el valor de la casa. Estas estafas incluyen una llamada de alguien que dice ser de una compañía grande de computadoras y pide permiso para acceder a la computadora de la persona mayor a fin de resolver remotamente un problema de servicio o virus. El perpetrador entonces tiene acceso a los datos guardados en la computadora, como nombres, direcciones, números de cuenta y demás información personal. Luego usan esta información para solicitar préstamos, tarjetas de crédito o para robar la identidad de la persona mayor.

Phishing. Phishing es usualmente una estafa de dos partes e involucra correos electrónicos (e-mail) y un sitio de web fraudulento. Los defraudadores, conocidos como phishers, envían un e-mail a muchos destinatarios que parece proceder de una compañía de buena reputación. Esto se conoce como “phish e-mail” (o pesca por e-mail). En el e-mail de pesca se incluyen enlaces a sitios fraudulentos que imitan a sitios web de compañías acreditadas. Los defraudadores esperan convencer a las víctimas para que compartan su información personaI con un lenguaje ingenioso y convincente, como la necesidad urgente de comunicarse con usted por su propia protección y seguridad. Una vez obtenida, la información personal puede usarse para robar dinero o transferir el dinero robado a otra cuenta.

Para más información sobre phishing ir a nuestro artículo Phishing, el suplantamiento de identidad

Cambiando color de Facebook

Cambiando color de Facebook

Todos nosotros conocemos Facebook y sobre todo lo que es su marca. Simplemente viendo la F ya adjudicamos que dicha empresa es Facebook, por lo que hablamos de marca. Asimismo el color corporativo es su azul característico. Muchas empresas, en las que se incluye esta red social usan sus colores corporativos para definir su marca y producto.

¿Por qué decimos toda esta retaíla? Pues porque la interfaz de Facebook no se puede cambiar a no ser que Zuckerberg o su equipo decidieran hacerlo. Entonces, circulan distintos timos por la red con el afán de cambiar el color de la interfaz de la red social. Desconfía de todo aquel anuncio que prometa cambiar el color de la red social, si el color de Facebook no es de tu agrado lo mejor es que bajes la saturación de tu pantalla para cambiar a gris el tan «horroroso» color azul.

Esta es la única manera de cambiar el la interfaz de Facebook de color.

Y seguimos con WhatsApp…

Y seguimos con WhatsApp…

WhatsApp no para para ser un foco de infección. Muchos usuarios siguen siendo víctimas de esta red en la que los ciberdelincuentes campan a sus anchas ofreciendo multitud de herramientas que tienen como objetivo robar datos personales, así como cuentas para uso fraudulento.

Panda Security nos ha brindado un listado en el que destacan las actividades ilícitas más frecuentes que circulan en WhatsApp y de las que hay que estar atento. Son éstas:

Activar las llamadas de WhatsApp. El servicio de llamadas de WhatsApp ya está activado para todos los usuarios de Android, iOS y Windows. Antes de que esto ocurriera ya se empezó a detectar esta campaña con la que se intentaba que los incautos usuarios se descargaran una aplicación que lo único que escondía era malware con ganas de hacerse con los datos y contraseñas del dispositivo.

Accesos inexistentes a WhatsApp Web. Tras el estreno de la versión que se puede acceder a través de navegadores, los ciberdelincuentes se lanzaron en masa de las más ingeniosas maneras a tratar de engañar al prójimo. En general son páginas web que prometen un cliente de escritorio para WhatsApp Web que no existe y que solicitan números de teléfono, lo que apunta al usuario a servicios de SMS Premium, o bien los hace descargar una aplicación en el ordenador que, como se puede suponer, lo único que hace es infectar el equipo.

Desactivar doble check azul. Fue el tema del momento cuando se lanzó. Mucha gente no quería que nadie supiera cuando leía o no los mensajes o cuando contestaba. Es una función que ya se puede desactivar en cualquier aplicación de WhatsApp entre sus ajustes, por lo que si se ve algún tipo de mensaje aludiendo a esta función, hay que huir de él porque es sin duda un fraude.

WhatsApp Oro. Casi desde el inicio de WhatsApp aparecieron supuestas nuevas aplicaciones, como WhatsApp Oro, que lo que prometían eran más y más servicios y funciones, cuando realmente en muchos casos no se llegaban ni a descargar. En la mayoría de los casos se solicitaba previamente el número de teléfono para, como en casos anteriores, suscribirlo a servicios de SMS Premium.

El contestador de WhatsApp. Esta estafa comienza por un correo en el que nos avisan de que tenemos un mensaje de voz en el servidor de WhatsApp que no se ha podido entregar y nos dan un enlace para escucharlo. Cuando le damos al «play», no oiremos nada, porque lo que hemos hecho es abrir la puerta a la descarga de un virus que habrá infectado el móvil. No existe tal servicio de WhatsApp, por lo que si se quiere estar a salvo de que no nos añadan a una estafa de mensajes o nos roben los datos, nunca hay que hacer caso a estos mensajes.

El «spy» de WhatsApp. Finalmente, apelando al cotilla de muchos – o al celoso – existe WhatsApp Espía, una supuesta aplicación que, en teoría, nos permitirá conocer hasta la última conversación de nuestros contactos. Al estar en esta lista es fácil suponer que simplemente se trata de una treta más para colarnos malware o, si nos piden el teléfono, limpiarnos la cuenta a través de la factura.

Como veis son muchas las estafas que usan WhatsApp como intemerdiario, muchas de ellas ofreciendo servicios que simplemente no existen y de los que hay que tener sumo cuidado, porque nos harían activar servicios premium que no podrían dejar la cuenta corriente a 0.

Estafas ingeniosas

Estafas ingeniosas

WILHELM VOIGT

No hace demasiado tiempo os hablaba de la habilidad y sangre fría de Wilhelm Voigt, un tipo que, la mañana del 16 de octubre de 1906, fue capaz de vestirse con un uniforme de capitán del ejército prusiano, que compró de segunda mano, y convencer a un pelotón de soldados para entrar en la casa consistorial, hacer detener a los responsables políticos y llevarse de la tesorería los 4.000 marcos que allí había.

VICTOR LUSTING

Pero no todos los golpes han sido para sustraer una cantidad importante de dinero. Otros han utilizado su don para convencer a otros y conseguir venderles lo invendible: desde la Torre Eiffel hasta la Casa Blanca, pasando por el Puente de Brooklyn o la Estatua de la Libertad.

Claro ejemplo de ello lo encontramos en un habilidoso estafador de origen austrohúngaro llamado Victor Lusting, quien en 1925 reunió en un lujoso hotel de París a cinco importantes hombres de negocios haciéndose pasar por un representante del gobierno francés y les convenció de la angustiante situación económica del país y cómo habían decidido deshacerse del más importante de sus símbolos, debido al cuantioso coste de mantenimiento que tenía y les ofreció poder comprar a precio de chatarra la Torre Eiffel cuando ésta fuese desmontada en breve.

Pero éste no fue el único golpe magistral de Victor Lusting, ya que unos años después, tras viajar hasta Estados Unidos, fue capaz de engañar al mismísimo Al Capone. La estafa al famoso gánster fue sencilla y efectiva. Se presentó frente a éste y lo convenció de que se trataba de un importante inversor que podría conseguirle una cuantiosa suma de dinero con una inversión de 50.000 dólares.

Al Capone confió en el supuesto inversor y Lusting guardó el dinero durante dos meses, transcurrido este tiempo se presentó frente al gánster y le devolvió todo el dinero con el argumento de que la inversión podría fracasar y ante la posibilidad de que perdiese parte del dinero prefería devolvérselo íntegramente. Este acto conmovió a Capone que le regaló 5.000 dólares por su honradez.

PHILIP ARNOLD Y JOHN SLACK

Otra sonada estafa es la que Philip Arnold y su primo John Slack idearon y salió perfecta. Consistía en comprar unas cuantas gemas (diamantes aún sin pulir) que las enterrarían en un terreno que habían adquirido previamente en Wyoming a un precio irrisorio.

Era 1872 y el país estaba enloquecido en plena fiebre del oro, lo que llevó a que las víctimas cayesen rápidamente en la trampa, que consistió en enseñar el terreno y demostrar que estaba plagado de gemas. Sacaron aquellas que habían enterrado y junto al posible comprador las llevaron a tasar, dando fe el experto de que se trataba de verdaderas piedras preciosas.

El plan salió redondo y la venta del terreno les proporcionó 660.000 dólares – en pleno siglo XIX – que recibieron en metálico por parte de un grupo de inversores y banqueros interesados en entrar en el negocio de los diamantes.

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